Gracias a este método las empresas cuentan con una vía para poder adelantar el proceso de cobro, obteniendo una liquidez inmediata y consiguiendo reducir la tensión de tesorería.
Se trata de un contrato en el que una persona o empresa cede los créditos derivados de su actividad comercial a otra, la cual se encarga de gestionar su cobro. Según lo estipulado en el contrato, también se le podrá aportar información y análisis acerca de sus actuales y potenciales clientes.
El factoring incluye una comisión a favor de la entidad financiera que adelanta el dinero, pues están corriendo un riesgo al ofrecer el capital al cliente antes de que este lo cobre. Por dicho motivo, la comisión puede llegar a alcanzar el 3 % del interés nominal del crédito, además de añadir un tipo de interés por el anticipo.
Las partes que intervienen en el factoring o factoraje son:
- La empresa: contrata el servicio, paga las comisiones y cobra las facturas por adelantando.
- La entidad financiera: se hace cargo de los cobros y asume el riesgo de impacto de los clientes.
- Los clientes: son los que deben abonar las facturas, en este caso, a la entidad financiera.
Tipos de Factoring
En función de una serie de factores, podemos encontrar las siguientes modalidades:
- Con recurso. El cliente asume el riesgo de impago.
- Sin recurso. La entidad asume el riesgo de impago. En este caso, la comisión será mayor, ya que la operación supone un incremento de costes.
- Con anticipo de créditos. La entidad puede anticipar el importe del nominal de la factura tras descontar una comisión.
- Sin anticipo de créditos. La entidad no anticipa el importe. Sólo se cobrará al vencimiento.
- Nacional. Para operaciones en el mercado interior.
- Internacional. Para facturas cedidas de clientes en el exterior. Permite eliminar los riesgos asociados a la exportación, como el cambio de moneda, y facilita el cobro de las operaciones ya que las entidades cuentan con los medios apropiados para llevarlas a cabo.
Principales ventajas de Factoring para pymes y autónomos:
- Liquidez desde la emisión de la factura.
- Rebaja de costes administrativos y reducción al mínimo de las tareas de cobro.
- Disponer siempre del capital imprescindible.
- Reducir tu dependencia de los bancos.
- Ahorrar costes utilizando pago adelantado con sus proveedores.
- Financiar proyectos de expansión.
- Mejora de balances reduciendo las partidas de clientes al acortar los plazos de cobro, cubriendo a su vez, los posibles impagos. (Factoring sin recurso).